Acromegalia: Sobre este problema de crecimiento

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Acromegalia: Sobre este problema de crecimiento

La acromegalia es una enfermedad endocrina crónica que se caracteriza por un aumento en el tamaño de tejidos y órganos debido a la producción excesiva de la hormona del crecimiento (GH, por sus siglas en inglés) por parte de la glándula pituitaria. Desde Vital Seguro, explicaremos en qué consiste, sus causas y factores de riesgo, los síntomas y efectos, el diagnóstico, el tratamiento y si es posible prevenirla.

Causas y factores de riesgo de la acromegalia

La causa más común es un tumor no canceroso en la glándula pituitaria, llamado adenoma hipofisario. Esta masa causa un aumento en la producción de GH, lo que a su vez provoca el crecimiento excesivo de los tejidos y órganos. Aunque la mayoría de los adenomas hipofisarios son benignos, su presencia puede ocasionar graves complicaciones de salud si no se tratan adecuadamente.

Por otra parte, existen varios factores de riesgo asociados. La edad es un factor importante, ya que la enfermedad tiende a desarrollarse en personas de mediana edad, generalmente entre los 30 y los 50 años. Además, los antecedentes familiares pueden aumentar el riesgo de padecer la enfermedad.

Síntomas y efectos de la acromegalia

El nombre de este problema deriva del griego “acro” que significa extremidad y “megas” que significa grande. Esta enfermedad se denomina así debido a que los tejidos y órganos del cuerpo, especialmente las extremidades, crecen de manera excesiva.

A menudo, el inicio de los síntomas es gradual, lo que dificulta su diagnóstico temprano. Estos pueden variar de una persona a otra, pero generalmente incluyen el agrandamiento de las manos y los pies, los rasgos faciales toscos, los cambios en la voz debido al agrandamiento de las cuerdas vocales, la aparición de tejido graso en el rostro y el abdomen, y el aumento del tamaño de la mandíbula. También puede haber complicaciones relacionadas con el sistema cardiovascular, respiratorio y músculo-esquelético. 

Diagnóstico y tratamiento de la acromegalia

El diagnóstico se basa en una combinación de pruebas clínicas, análisis de sangre y estudios de imagen. Los niveles de GH en la sangre se miden para confirmar el exceso de producción de hormona del crecimiento. Además, se pueden realizar pruebas de imagen, como una resonancia magnética, para detectar la presencia de un adenoma hipofisario.

En cuanto al tratamiento, este se centra en reducir los niveles de GH y controlar los síntomas. La opción principal es la cirugía transesfenoidal, en la que se extirpa el adenoma a través de la nariz sin necesidad de llevar a cabo incisiones en la piel. En casos en los que la cirugía no es suficiente o no es posible, se pueden utilizar otros enfoques, como la radioterapia y la terapia farmacológica.

Prevención de la acromegalia

Actualmente no existe una manera conocida de evitarla, ya que está causada principalmente por la presencia de un adenoma hipofisario. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la detección temprana y el tratamiento oportuno pueden ayudar a prevenir complicaciones graves asociadas con la enfermedad.

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