Displasia de cadera: Su tratamiento

La displasia de cadera es una condición ortopédica que afecta principalmente a los bebés y puede manifestarse también en adultos. Se caracteriza por un desarrollo anormal de la articulación de la cadera, lo que puede tener consecuencias significativas si no se detecta y trata adecuadamente. Desde Vital Seguro, explicaremos  en qué consiste, sus causas, síntomas y efectos, así como su diagnóstico, tratamiento y prevención.

¿Qué es la displasia de cadera?

Se trata de una condición en la que la articulación de la cadera no se desarrolla adecuadamente, lo que puede llevar a una mala alineación de la cabeza del fémur y el acetábulo (la cavidad en que se inserta). Esto provoca una inestabilidad en la articulación y, con el tiempo, puede llevar a la aparición de problemas como la osteoartritis de cadera.

Causas de la displasia de cadera

Puede tener diversas causas. En muchos casos, es una condición congénita que se desarrolla durante la etapa fetal.

Factores genéticos pueden predisponer a un bebé a tener una articulación de cadera malformada. Además, factores ambientales, como la posición del bebé en el útero durante el embarazo, pueden influir en su desarrollo.

Finalmente, también puede deberse a lesiones en la cadera durante la infancia o la adolescencia pueden contribuir al desarrollo de displasia en la edad adulta.

Síntomas y efectos de la displasia de cadera

Los principales síntomas de este problema son los siguientes:

• -Dolor en la cadera: Puede ser intermitente o constante y puede empeorar con la actividad física.
• -Cojera o dificultad para caminar: Debido a la inestabilidad de la articulación, algunas personas pueden cojear o tener problemas para caminar correctamente.
• -Rigidez: La movilidad de la cadera puede estar limitada y sentirse rígida.
• -Chasquidos o crujidos: Algunas personas pueden experimentar chasquidos o crujidos en la cadera al moverse.
• -Debilidad muscular: La debilidad en los músculos de la cadera y el muslo puede ser común debido a la falta de estabilidad de la articulación.
• -Desgaste articular: Con el tiempo, si no es tratada puede llevar a un desgaste del cartílago y la aparición de artrosis de cadera.

Diagnóstico  y tratamiento de la displasia de cadera

El diagnóstico temprano es crucial para un tratamiento efectivo. En bebés, el médico realizará un examen físico para detectarla, como la prueba de Ortolani y Barlow. Además, se pueden llevar a cabo pruebas de imagen, como ecografías o radiografías, para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad de la afección.

En adultos, el diagnóstico se efectúa a través de una combinación de la historia clínica, el examen físico y pruebas de imagen como radiografías o resonancias magnéticas.

Respecto al tratamiento, este depende de la edad del paciente y la gravedad de la afección. En bebés y niños pequeños, los métodos no quirúrgicos como el uso de dispositivos ortopédicos, como el arnés de Pavlik o la férula de Frejka, pueden ayudar a mantener la cadera en una posición adecuada para su correcto desarrollo.

En casos más graves o en pacientes adultos, es posible que se requiera cirugía. La cirugía puede implicar realinear la articulación de la cadera o incluso reemplazar la articulación dañada por una prótesis.

Prevención de la displasia de cadera

Si bien no siempre es posible prevenirla debido a factores genéticos y ambientales, existen medidas que pueden reducir el riesgo de desarrollar esta afección en bebés. Algunas de las medidas preventivas incluyen practicar el «posicionamiento seguro para dormir” para reducir la presión en las caderas, así como acudir a exámenes regulares de salud infantil que incluyan evaluaciones de la cadera.

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