
Hiperplasia prostática benigna: ¿Puede ser peligrosa?
A medida que los hombres envejecen es común que aumente el riesgo de cáncer de próstata, sin embargo, no siempre padecen esta enfermedad, sino hiperplasia prostática benigna.
Desde Vital Seguro os contamos qué es, sus causas, síntomas, diagnóstico, tratamientos y hábitos saludables a tener en cuenta.
¿Qué es la hiperplasia prostática benigna y por qué se produce?
La hipertrofia o hiperplasia benigna de próstata (HBP) consiste en un crecimiento benigno de la próstata, una glándula del sistema reproductivo masculino con el tamaño de una nuez.
Se ubica debajo de la vejiga, delante del recto y en torno a la uretra. Su función es la de producir el líquido seminal.
Esta situación clínica está estrechamente relacionada con la edad, ya que el 75% de los pacientes de 80 años la padecen.
Síntomas
Debido al aumento de su tamaño, la próstata presiona la vejiga y la uretra, generando los siguientes síntomas:
- Aumento de las micciones, tanto diurnas como nocturnas.
- Dificultad para iniciar la micción.
- Orinar en varios tiempos, con un chorro débil.
- Sensación de vaciado incompleto de la vejiga.
- Imposibilidad para orinar.
Síntomas más infrecuentes son presentar hematuria (sangre en la orina) o infecciones urinarias.
Cabe destacar que la sintomatología no siempre empeora a mayor tamaño prostático, ya que pacientes con una próstata muy agrandada pueden tener síntomas leves, y a la inversa.
Diagnóstico
El diagnóstico de la hiperplasia benigna de próstata se realiza en varios pasos. En primer lugar, se valora el historial clínico y se efectúa una exploración física, con un tacto rectal para comprobar el tamaño de la próstata.
A continuación, se lleva a cabo una ecografía para determinar las dimensiones de la próstata y el nivel de orina en la vejiga.
Finalmente, se podrá complementar el diagnóstico con una micciometría para evaluar el grado de obstrucción urinaria, y analíticas tanto generales como específicas.
Tratamientos de la hiperplasia prostática benigna
Dependiendo del grado de afectación, síntomas y edad y estado del paciente, se distinguen distintos tipos de tratamiento para esta afección:
- Farmacológico: Se utiliza en casos de obstrucción leve de la uretra.
- Quirúrgico: Se lleva a cabo cuando los fármacos no son suficientes o los síntomas son más graves. Puede ser abierta (proctectomía simple) o endoscópica (se procede a la resección a través de la uretra).
- Fotovaporización con láser verde: Con esta tecnología se consigue vaporizar de 1 a 2 gramos de tejido prostático por minuto. Sus beneficios son provocar menor sangrado, menor estancia hospitalaria (tan solo un día) y menos horas de sonda urinaria.
- Láser de Holmio: Este tratamiento está destinado a las próstatas más agrandadas. Además de tratar con él, es posible tomar muestras para analizar. Se lleva a cabo a través de la uretra.
Hábitos saludables a tener en cuenta si se padece HBP
Es posible que no se pueda evitar totalmente esta afección, pero sí se puede reducir el riesgo de padecerla. Tanto para prevenir como para cuidarse si ya se padece, algunos hábitos saludables son los siguientes:
- Beber abundante agua al día.
- No tener prisa ni esforzarse por orinar.
- Evitar el estrés.
- Dormir bien.
- Hacer ejercicios para cuidar el suelo pélvico.
- Llevar a cabo ejercicio regular y moderado.
- Seguir una dieta equilibrada, incluyendo productos integrales, aceite de oliva, té verde, frutos secos, sandía, tomate y papaya.
- Asistir a la consulta del urólogo.
El seguro médico de Vital Seguro cuenta con la cobertura de urología, una revisión urológica anual y los láseres verde y Holmio como tratamientos especiales. Además, pone a la disposición de los pacientes múltiples servicios médicos, y el mejor cuadro clínico.
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