Ojo vago: ¿Cómo se trata?

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Ojo vago: ¿Cómo se trata?

Cada 15 de octubre se celebra el Día Mundial del Ojo Vago, una fecha destinada a concienciar sobre esta condición oftalmológica que afecta a millones de personas en todo el mundo. El ojo vago, conocido como ambliopía, es una afección que puede tener graves repercusiones en la calidad de vida de quienes la padecen si no se detecta y trata a tiempo. Desde Vital Seguro, explicaremos en qué consiste, sus causas, factores de riesgo, síntomas y efectos, así como el diagnóstico y tratamiento disponibles.

¿Qué es el ojo vago?

Se trata de una condición oftalmológica en la que uno de los ojos no se desarrolla adecuadamente durante la infancia. Como resultado, el cerebro favorece la visión del ojo más fuerte, lo que lleva a una visión deficiente en el ojo afectado. Esta afección es más común en niños, ya que es durante los primeros años de vida que el sistema visual está en pleno desarrollo y es más susceptible a factores que pueden afectar su desarrollo normal.

Causas del ojo vago

Las causas pueden variar, pero generalmente están relacionadas con problemas que afectan la visión en un ojo durante la infancia. Algunas de las causas más comunes incluyen:

Estrabismo: El estrabismo es una afección en la que los ojos no se alinean correctamente y miran en diferentes direcciones. Esto puede hacer que el cerebro suprima la visión en uno de los ojos.

Diferencia significativa en la graduación: Si uno de los ojos tiene una graduación significativamente diferente que el otro, el cerebro puede suprimir la visión en el ojo con la graduación más débil.

Opacidad del cristalino o cataratas congénitas: Si hay una obstrucción visual debido a cataratas congénitas u opacidad del cristalino, el desarrollo visual del ojo puede verse comprometido.

Lesiones oculares: Lesiones oculares traumáticas durante la infancia también pueden llevar al desarrollo de ambliopía.

 Factores de riesgo del ojo vago

Existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollarlo. Estos incluyen:

Antecedentes familiares: Si hay antecedentes familiares de ambliopía, es más probable que un niño desarrolle la afección.

Prematuridad: Los niños prematuros tienen un mayor riesgo de desarrollar ambliopía.

Problemas refractivos no corregidos: La presencia de problemas de visión no corregidos, como miopía o hipermetropía, puede aumentar el riesgo de ambliopía.

Síntomas y efectos del ojo vago

Los síntomas pueden ser difíciles de detectar, ya que el niño a menudo no se da cuenta de que su visión está comprometida. Algunos de los signos y síntomas que pueden indicar ambliopía incluyen:

-Visión borrosa o disminuida en uno de los ojos.

-Falta de coordinación entre los dos ojos, lo que puede llevar a la aparición de estrabismo.

-Dificultad para juzgar distancias o profundidad.

-Parpadeo excesivo o frotarse los ojos con frecuencia.

Si no se trata, puede tener efectos a largo plazo en la visión y la calidad de vida. Puede provocar problemas de visión permanentes en el ojo afectado e incluso la pérdida de visión total si no se aborda a tiempo. 

Diagnóstico y tratamiento del ojo vago

La detección temprana es fundamental para un tratamiento exitoso. Se recomienda que todos los niños se sometan a exámenes oftalmológicos regulares durante la infancia para detectar posibles problemas de visión, incluido este.

El diagnóstico generalmente implica una evaluación completa de la visión de ambos ojos y puede incluir pruebas de agudeza visual y refracción. Si se sospecha que un niño tiene ambliopía, es importante comenzar el tratamiento lo antes posible.

El tratamiento  se centra en forzar al cerebro a utilizar el ojo afectado de manera más efectiva. Los enfoques de tratamiento comunes incluyen:

Uso de parches oclusivos: Se coloca un parche en el ojo más fuerte durante un período de tiempo específico cada día para obligar al ojo más débil a trabajar.

Gotas de atropina: En algunos casos, se pueden utilizar gotas de atropina en el ojo más fuerte para empequeñecer la pupila y mejorar la visión en el ojo más débil.

Terapia de oclusión digital: Algunos tratamientos utilizan gafas con lentes electrónicas que oscurecen el ojo más fuerte durante ciertos momentos.

Terapia visual: En casos más complejos, puede ser necesaria la terapia visual, que incluye ejercicios específicos para mejorar la coordinación entre los dos ojos.

La duración del tratamiento puede variar según la gravedad del caso y la respuesta individual del paciente. Es esencial seguir las recomendaciones del oftalmólogo y asistir a las citas de seguimiento para asegurar un resultado exitoso.

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