
Síndrome de West: ¿En qué consiste?
Con anterioridad os hemos hablado de distintos síndromes que pueden afectar a distintos tipos de personas. Con motivo del Día del Síndrome de West, que se conmemora cada 6 de abril para crear conciencia sobre esta afección, desde Vital Seguro os contamos en qué consiste, sus causas, síntomas y efectos, diagnóstico, tratamiento y si se puede prevenir.
¿Qué es el síndrome de West?
Se trata de una enfermedad neurológica infantil que se caracteriza por convulsiones epilépticas recurrentes y espasmos musculares, generalmente en bebés y niños pequeños.
Lleva el nombre del médico inglés William James West, quien describió por primera vez la afección en 1841. West fue uno de los primeros médicos en reconocer la importancia de los espasmos musculares en el diagnóstico del síndrome, y su trabajo sentó las bases para la comprensión moderna de la afección. Debido a su contribución pionera en la identificación y descripción de esta enfermedad, se le otorgó el honor de que su nombre se le diera a la afección.
Causas del síndrome de West
La causa no está clara, pero se cree que está relacionada con una disfunción en el cerebro que puede ser congénita o adquirida. Las posibles causas pueden ser: lesiones cerebrales, infecciones del sistema nervioso central, trastornos metabólicos, trastornos genéticos o síndromes asociados a malformaciones del sistema nervioso central.
Síntomas y efectos del síndrome de West
Se caracteriza por la presencia de espasmos musculares que se asemejan a un sobresalto y se producen en series o ráfagas. Las convulsiones pueden ocurrir durante el sueño o cuando el niño está despierto, y suelen ser más frecuentes por la mañana.
Otros síntomas pueden incluir retraso en el desarrollo, irritabilidad, pérdida de habilidades previamente adquiridas, y dificultades en el aprendizaje, con los efectos que todo ello puede tener en la vida del pequeño.
Diagnóstico y tratamiento del síndrome de West
El diagnóstico se basa en la observación de los espasmos musculares característicos, que se pueden identificar mediante una electroencefalografía (EEG). La resonancia magnética (RM) y otras pruebas de diagnóstico por imagen también pueden ayudar a identificar la causa subyacente.
El tratamiento se enfoca en controlar las convulsiones y minimizar los efectos secundarios de los medicamentos. Los fármacos antiepilépticos son la base del tratamiento, aunque algunos pacientes pueden requerir tratamiento quirúrgico o terapia dietética. En algunos casos, la administración temprana de corticoesteroides puede ayudar a prevenir o minimizar los espasmos.
Prevención del síndrome de West
No se conoce una forma específica de prevenirlo, puesto que la causa no está completamente comprendida. Sin embargo, es importante que los bebés y niños pequeños reciban atención médica inmediata si presentan convulsiones, debido a que un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno pueden ayudar a minimizar los efectos secundarios y mejorar el pronóstico.
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