
Tos ferina: ¿Qué es?
En otoño es común que padezcamos afecciones respiratorias que nos causen tos. En la mayoría de los casos esto es debido a causas leves, sin embargo, también hay motivos graves que pueden llegar incluso a ser peligrosos, como la tos ferina.
Desde Vital Seguro os contamos en qué consiste esta afección, sus causas, síntomas y cómo se puede diagnosticar y abordar.
¿Qué es la tos ferina y cuál es su causa?
Esta afección, también denominada pertusis, es una infección de las vías respiratorias, causada por un tipo de bacteria, la Bordetella pertussis. Su contagio se da cuando se entra en contacto con las gotículas que una persona contagiada genera al toser o estornudar, y que son inhaladas.
Antes del desarrollo de la vacuna se consideraba que se trataba de una enfermedad infantil. Actualmente, la suelen padecer niños que no han sido vacunados o que no han completado el esquema de vacunación. Por eso es frecuente y peligrosa en bebés y niños pequeños.
Además, la inmunidad tras la vacuna se pierde con el tiempo, por lo que tanto adolescentes como adultos pueden quedar expuestos.
Síntomas y efectos de la tos ferina
Los síntomas de la tos ferina pueden tardar entre 7 y 10 días en aparecer, sin embargo, en algunos casos puede tardar más.
Generalmente, son leves al principio, asemejándose a los del resfriado común. Los principales son:
- -Tos.
- -Fiebre.
- -Congestión nasal.
- -Moqueo.
- -Ojos enrojecidos, lagrimeo.
Tras una o dos semanas los síntomas empeoran. La mucosidad se espesa y se acumula en las vías respiratorias, generando ataques de tos.
Estos ataques pueden provocar:
- -Vómitos y/o náuseas.
- -Coloración rojiza o azulada de la piel del rostro por falta de oxígeno.
- -Fatiga.
- -Dificultad para respirar.
- -Inhalaciones de sonido chillón y silbante.
Los ataques de tos pueden producir complicaciones como costillas fisuradas o fracturadas, hernias y rompimiento de capilares sanguíneos por la presión interna.
En el caso de los bebés y los niños de hasta dos años, la tos ferina puede generar:
- -Neumonía.
- -Respiración lenta.
- -Deshidratación y/o adelgazamiento.
- -Convulsiones.
- -Daño cerebral.
Diagnóstico y tratamiento de la tos ferina
Debido a que se puede confundir con otros problemas, como el resfriado, el diagnóstico de la tos ferina en sus etapas iniciales puede ser complicado.
A veces, el médico podrá detectarla solo escuchando la tos, sin embargo, también podrá solicitar pruebas para confirmar el diagnóstico, tales como:
- -Toma de cultivo nasofaríngeo.
- -Radiografía de tórax.
- -Análisis de sangre.
En lo referente a su tratamiento, los bebés y niños pequeños suelen ser internados para recibir tratamiento.
En el caso de niños mayores, adolescentes y adultos, podrá llevarse a cabo en el domicilio. Para ello, se recetarán antibióticos para acabar con las bacterias que causan la tos ferina, tanto a la persona afectada, como en algunos casos, de forma preventiva a las personas expuestas, sobre todo si se está embarazada.
Por otra parte, algunos hábitos que debe llevar a cabo la persona afectada son:
- -Descansar.
- -Beber mucho líquido.
- -Comer alimentos líquidos o en porciones pequeñas.
- -Purificar el aire.
Prevención de la tos ferina
Para evitar el contagio de esta infección, como en el caso de otras, es fundamental mantener unos buenos hábitos de higiene, lavando los espacios y las manos. Además, es crucial seguir la pauta de vacunación contra esta bacteria.
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